En el complejo panorama empresarial actual, cada acción, por pequeña que parezca, puede tener un impacto significativo en la percepción de tu marca. Cada elemento contribuye a dar forma a su narrativa. El trabajo constante y comprometido en el look & feel de tu marca, es esencial para alcanzar tus metas a largo plazo.

La base radica en la coherencia y la eficacia. Trabajar con un único interlocutor, que comprende todos los aspectos de tu identidad de marca, desde el diseño de tu logotipo hasta la materialización de tu estrategia de marketing digital, garantiza la cohesión entre todas tus piezas de comunicación. Esta coherencia fortalece tu imagen de marca y aumenta la confianza entre tus clientes. Imagina tu estrategia de marketing como una carrera de fondo, donde cada paso cuenta.

Una persona que entiende tu visión y tus valores te garantizará una comunicación fluida y eficiente en todas las etapas del proceso. Esta conexión personalizada te permite abordar rápidamente cualquier desafío y aprovechar al máximo cada oportunidad que se presente. La confianza y las sinergias que se establecen a lo largo del tiempo son invaluables para poder impulsar tu identidad.

En JP-GRÁFICA, entendemos la importancia de la colaboración continua y nos comprometemos en cada paso del proceso de comunicación. Desde el primer concepto hasta la implementación final. Contáctanos y descubre cómo podemos contribuir al fortalecimiento y crecimiento de tu marca.

 

Nuestros productos y servicios, necesitan desarrollarse en torno a tres fases:

1. Nacer, existir
2. Comunicar que existen
3. Ofrecer un enfoque diferenciador y real

Los productos que logran presentarse a través de ideas creativas, distintivas y reales, tienen el potencial de generar impacto emocional, diferenciar su marca con respecto a la de sus competidores y crear una impresión duradera en la mente del consumidor.

De este modo, si se consigue crear un buen producto/servicio, que se conozca y que además proyecte una comunicación diferenciadora y real, se habrá llegado a un objetivo más que interesante.

La publicidad está para esto. Para que nos conozcan de una forma real y diferente. Diferente para generar impacto y real para establecer confianza. No es conveniente inventarse la diferenciación de manera artificial. El consumidor de hoy percibe cuando algo es diferente de verdad y cuando simplemente se trata de mero artificio para captar su atención.

Hay ideas muy emocionantes que rápidamente arrancan una sonrisa o un sentimiento que empatiza con el receptor pero ... ¿son por si mismas estas ideas las que consiguen la diferenciación? Pues no siempre. Dependen de la relación real y estrecha que establezcan con el producto que comunican. Hay campañas muy creativas, divertidas e impactantes que se olvidan muy rápido y otras que en realidad no sabemos ni lo que nos han anunciado. ¿Son creativas? Por supuesto. ¿Son efectivas? ... pues lo dudo.

La buena difererenciación, al igual que la buena publicidad, radica en saber transmitir personalidad real y diferente, a través de una suma de ideas bien planteadas y cohesionadas.

Las marcas memorables son las que están siempre ahí, comunicando su realidad y ofreciendo su propio enfoque a través de la comunicación.

 

 

Muchos emprendedores y empresas se plantean para sus negocios una web llena de contenidos y funcionalidades. Con el tiempo es frecuente la búsqueda de la simplificación y el enfoque diferencial. Y es que mejorar algo significa saber elegir y quedarse solo con lo esencial, lo diferenciador.

 

Una web sencilla y a medida es la herramienta de trabajo más eficiente que puede tener, a día de hoy, cualquier emprendedor o PYME para diferenciar su negocio y comunicarse con sus clientes. ¿De qué sirve tener una herramienta tecnológica de la que no se sacará partido en su totalidad o que genere un flujo de trabajo complejo?. 

 

¿Qué beneficios tiene disponer de una web sencilla y a medida, tanto desde el punto de vista gráfico, como desde el punto de vista técnico?

 

• Simplicidad y personalidad propia. Se ve claramente cuando una web ha sido diseñada y programada a medida. Es diferente a las demás y por tanto mucho más corporativa, con personalidad propia. Son muy adecuadas para nuevos negocios que necesitan diferenciarse y para PYMES que quieran centrar su estrategia visual en su identidad gráfica.

 

• Facilidad de gestión. Disponer de una herramienta de administración sencilla ayudará a crear, retocar o cambiar contenido en cualquier momento y desde cualquier lugar o dispositivo. Porque el contenido de las webs debe ser dinámico y siempre en constante evolución, en función del feedback que vayamos incorporando.

 

• Optimización del mantenimiento. Cuanto más sencilla, más segura y más fácil de mantener. Es muy importante tener la web siempre “a punto” y alineada con lo actual.

 

• Economía. La sencillez, bien planteada, es sinónimo de optimización económica. Desprendámonos entonces de lo accesorio. Empecemos a trabajar con las ideas claras y en aquello que es esencial para que la web funcione.

 

 

Crear un logotipo es diferente a hacer una marca. Un buen logo es solo el inicio para construir una marca. 

Lo primero que debemos preguntarnos es ¿qué tipo de empresa o negocio somos? ¿a quién nos queremos dirigir? y ¿con qué propósito?. De estas preguntas obtendremos las primeras respuestas que determinarán las necesidades reales de nuestros objetivos.

Un logotipo se construye a través de un concepto claro, unívoco, fuerte, diferenciador y muy sencillo. La marca se construye a través de una estrategia integradora, global y coherente.

Pero seamos más concretos y pongamos  un par de ejemplos con necesidades de identidad gráfica muy distintas:

Ejemplo 1:

"Soy una PYME y que llevo más de 15 años en el mercado. Voy consiguiendo ventas pero mi imagen es débil, fragmentada y está desactualizada. Mis herramientas de comunicación no representan realmente los valores que me gustaría transmitir a mis clientes y siempre están obsoletas"

Necesito replantear mi imagen gráfica, pero no solo el logotipo de manera aislada. Necesito pensar en los valores que realmente me gustaría transmitir y reflejarlos en cualquier herramienta o acción comunicativa que realice (web, catálogos, folletos, publicidad online ...). Una imagen fuerte, coherente y siempre en línea con los valores de mi empresa. Necesito, en definitiva, crear una pequeña marca que diga siempre lo que soy y como soy. Solo de esta manera conseguiré “la magia” necesaria para ir construyendo mi propia identidad, aquello que realmente quiero ser.

Ejemplo 2:

"Soy un emprendedor que quiero montar una oficina en la que atiendo directamente a mis clientes. Soy una startup y parto de cero. Tengo mis ideales pero también soy realista"

Necesito empezar. Construir una base sólida que me permita ir creciendo y desarrollándome poco a poco. Necesito un logo que me identifique y que ayude a darle visibilidad y carácter a mi espacio de trabajo. También una web, pero sencilla, corporativa ... económica. Al fin y al cabo mi trabajo diario se basará en la relación directa con mis clientes, aunque soy consciente de la necesidad de tener una web que consiga una buena primera impresión, describa bien los servicios que ofrezco y sea facilmente moldeable. El futuro ya se verá, pero con estas herramientas estoy seguro de empezar a desarrollar mi negocio con cierta solidez.

Las necesidades son distintas. Los objetivos son distintos. Tener esto claro es fundamental para plantear nuestro propósito como empresa o negocio, pero por supuesto para optimizar los principales recursos de los que se dispone.

 

No hay diseño sin reflexión. O si lo hay es puramente superficial, estético y vacío de mensaje. Porque el diseño y la publicidad están al servicio de una comunicación persuasiva que debe transmitir, mostrar, influir, conectar ... con la mente del receptor.

Hablamos entonces de funcionalidad. Si un diseño funciona es porque detrás hay una estrategia que lo soporta y le da todo el sentido. No deben ser las tendencias las que predispongan un diseño. Deben ser los objetivos, las expectativas o incluso las emociones que pueda transmitir el propio mensaje.

La estrategia es la pieza clave para empezar a pensar el qué decir, luego ya veremos el cómo decirlo. Y esta estragia nos la da una buena comunicación entre cliente y creativo.

 

Como sabemos, la sinergia se produce cuando dos o más elementos, trabajan juntos para crear algo único. 

En comunación gráfica es muy importante la conexión de acciones sinérgicas, ya que son las que construyen "el todo", la identidad, la personalidad de la marca. 

Trabajar siempre bajo el mismo criterio, nos permite ir construyendo un puzzle que representará la imagen final que queramos proyectar. Hacerlo, siempre que se pueda, con los mismos profesionales, ayudará a que la estética de las diferentes piezas gráficas que construyen una marca alcance la ansiada y eficaz sinergia.

La web, las piezas corporativas, la publicidad, los espacios (tiendas, restaurantes ...) todo lo que envuelve a una marca, es LA PERFECTA SINERGIA ENTRE ACCIONES.

 

Como creativo freelance y antes de formar JP-GRÁFICA, sabía que existía una ventaja esencial con respecto a las agencias tradicionales: la comunicación directa entre cliente y creativo.

Tradicionalmente y con el objetivo de sistematizar el proceso de trabajo, un comercial o ejecutivo de cuentas elaboraba un briefing con el cliente para tratar los puntos clave de un proyecto. El briefing muchas veces resultaba de gran ayuda, aunque en algunas ocasiones podía resultar contraproducente y entorpecer el proceso creativo.

Lo que se producía era que el encargo iba pasando por diferentes filtros y cambios desde la necesidad inicial que planteaba el cliente  hasta llegar al creativo o persona encargada de resolverlo.

La comunicación directa entre el cliente y el creativo optimiza al máximo la consecución de resultados. El diálogo constante ayuda a entender la esencia de cualquier necesidad y rompe las barreras de la rigidez que a veces pueden suponer los canales de comunicación tradicionales. 

Al final, la buena comunicación gráfica es fruto del buen diálogo entre el cliente y creativo, sin intermediarios.